Cuántas veces te dijeron que no se podía , y te demostraste a tí mismo y a todos que bastaba con seguir la llamada de tu corazón. Es que la llamada del corazón no se equivoca: le habla a tu alma con autenticidad y sinceridad.
Aunque te olvides de ella, volverá a buscar tu oído para susurrarte que no te rindas, que la escuches de nuevo. Y cuando te pierdas en el camino esa llamada se preocupará y enviará señales: un accidente entre la rutina, un unicornio en un sueño, un cartelito en un parque.
Porque la llamada de tu corazón no se rinde. Ella lucha por ti para que vivas la felicidad de hacer lo que siempre quisiste, de emprender el camino en el que pocos creían.
Y cuando veas tu gran obra realizada, entenderás que valió la pena luchar por tus sueños, incluso arriesgándolo todo, y que fue muy importante vencer al «qué dirán», porque seguiste la llamada de tu corazón.