Premio Nobel de paz al esfuerzo colectivo

Una de las diez necesidades fundamentales del ser humano es la de subsistencia, y la principal forma de satisfacerla es con la alimentación equilibrada. Sin embargo, el hambre en el mundo es una dolorosa realidad en la que en el año pasado 690 millones de personas padecían de manera crónica la falta de alimentos. Este drama se ha visto agudizado en zonas afectadas por conflictos, e incluso ha sido convertido en un arma de guerra. Además, se ha generalizado por la pandemia que también viene atizando otros problemas como la pobreza mundial.
La pandemia nos hace reflexionar que es necesario resolver multilateralmente, con el consenso de todos, los grandes problemas globales. Una organización empeñada en este aspecto denominada PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS de la ONU, venía trabajando desde 1961, y con base en donaciones voluntarias, en el cometido de vincular a la sociedad global para resolver el problema del hambre en el mundo. Sólo el año pasado el PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS asistió a 97 millones de personas hambrientas de 88 países.
Por esta razón el comité de Oslo galardonó con el premio Nobel de Paz 2020 al PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS, después de un proceso de estudio en el que eran candidatos 211 personas y 107 organizaciones más.
Este es un acontecimiento singular, porque pone de presente que es con la solidaridad global la forma en que podremos vencer las pandemias del coronavirus, la desigualdad y el consumismo, que vienen agravando el hambre en el mundo. Con hambre no hay felicidad.


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