Autor: James

  • Rainer María Rilke

    El 29 de diciembre de 1926, moriría en suiza el poeta Rainer María Rilke, autor de las obras Elegías de Duino, los Sonetos a Orfeo, Cartas a un Joven poeta, y los Cuadernos de Malte Laurids Brigge.

    Rainer Maria Rilke

    Rilke, en la obra Cartas a un Joven Poeta, aconseja a quien va a prestar servicio militar, el joven Franz Kappus, quien se interroga sobre cómo hacer una buena obra de arte. Rilke le invita a entrar en sí mismo, y buscar las razones que le impulsan a escribir, y si estas razones han extendido sus raíces en lo más profundo del corazón. Preguntarse solemnemente en la noche silenciosa si debe escribir, y si la respuesta es sencillamente afirmativa construir una vida que se convertirá en signo y testimonio de esta necesidad vital. Entregarse a esta necesidad que es un destino, con su carga y su grandeza, sin preguntarse por recompensa alguna.

    Si orientamos nuestros deseos a una necesidad vital, y no a los señuelos del entretenimiento moderno, correremos tras los dictados de nuestro corazón, y seremos fieles a nosotros mismos.

    La felicidad se consigue en la satisfacción de los deseos, pero no de cualquier tipo de deseos sino de aquellos que se orientan a nuestras auténticas y profundas necesidades.

  • 28 de diciembre, los santos inocentes

    El 28 de diciembre se conmemora en la tradición cristina la matanza de niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por Herodes, para impedir el nacimiento de Jesús. El tirano, poseído por el deseo de mantenerse en el poder, veía como la profecía del nacimiento se acercaba a su aparición.

    Según Aristóteles, uno de los tres objetos del deseo es el placer, y con frecuencia en nuestra modernidad, el placer se encarna comúnmente en el poder, el sexo, el dinero y el entretenimiento.

    El poder debe ser una herramienta para servir y transformar amorosamente la realidad social. Pero es común en los gobernantes desear perpetuarse en el poder, porque es un objeto de placer, muy vinculado al ego.

    Es tradicional celebrar en los países de habla hispana la fecha de los santos inocentes, mediante bromas y expresiones como esta: “Inocente palomita te dejaste engañar; hoy por ser día 28 en nadie debes confiar”.

  • Gary Kaspárov

    Un 26 de diciembre de 1990, Gary Kaspárov, de origen armenio y nacionalizado en Rusia, retuvo su título mundial de ajedrez. Ha sido el más joven campeón mundial de ajedrez  de la historia, al obtener su primer título en 1985, a la edad de 22 años, honor que retendría hasta el año 2000.

    Su aprendizaje del ajedrez, provino de la dedicación de su padre quien, al observar las habilidades del pequeño, le motivó e impulsó, sembrando en él una semilla que siguió germinando, a pesar de la muerte del progenitor cuando Kaspárov tenía siete años.

    Era tal el prodigio del ajedrecista, que a la edad de 13 años ya era campeón juvenil de Rusia. A los 19  años participó en un torneo de grandes maestros, que la Federación De Ajedrez de Rusia por error consideraba juvenil, y lo ganó, situándose en el club de los mejores del mundo.

    Su espíritu desafiante le llevo a enfrentarse con programas de computación y vencerlos. Sin embargo, en 1997, fue derrotado por la computadora Deep Blue, siendo esta la primera ocasión en que una computadora derrotaba a un campeón mundial de ajedrez.

    Kaspárov se ha comprometido en su madurez con causas democráticas y de defensa de los derechos humanos en Rusia. Escribió la obra autobiográfica Reto Sin Límites, de la editorial Fontana Press, 1990.

    El amor paterno es una de las más bellas formas del amor, fuente principal de la felicidad. Se nutre de cercanía, comunicación y afecto. Permite que los hijos se dediquen en la vida a expresar su propio talento, no a replicar el de sus padres, lo que condena a la frustración. Los padres tienen esa misión amorosa de explorar y fomentar los talentos y las fortalezas virtuosas de sus hijos. Es la mejor fortuna que se les puede dejar en vida.

     

  • 25 de diciembre, el mensaje de Jesús de Nazaret

    El nacimiento de Jesús tuvo como propósito seguir el plan de Dios para recordar a la humanidad que Dios es amor, si en nosotros:

    • Es templanza de nuestros deseos
    • Es ejercicio de nuestros talentos para servir a los demás
    • Es generosidad para darnos en abundancia
    • Es cuidado de sí mismo
    • Es perdón ante la ofensa recibida
    • Es gratitud ante los gestos de bondad
    • Es admiración de la belleza del presente
    • Es aceptación del dolor
    • Es vivencia diaria de la espiritualidad
    • Es voluntad para ser felices

    Pablo de Tarso discípulo de Jesús, escribió en la primera carta a los Corintios, sobre el amor:

    “Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor.

    Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

    Ya podría tener el don de predicción y conocer todos los secretos y todo el saber; podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

    Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

    El amor es comprensivo, el amor es servicial y no tiene envidia; el amor no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

     Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

     El amor no pasa nunca.”