Autor: James

  • Sostener el Amor

    Sostener el Amor

    10 Tips para sostener al amor de pareja:

    1. Acepte al otro. Cada persona tiene derecho a una identidad que le permita ser ella misma y ser diferente, no una posesión del otro.

    2. Ámese, eleve su autoestima. Su aspecto personal es importante pues la belleza es uno de los objetos naturales del deseo.

    3. Ellos: escuchar a las mujeres con paciencia. Ellas: admirar a los hombres sin crítica destructiva.

    4. Vivimos en momentos de ánimo, de subidas y bajadas, ante lo cual es necesario la comprensión y el respeto verbal y físico. Cuidado con los adjetivos que descalifican al otro en las discusiones.

    5. La rutina mata. Siempre se debe hacer de cada experiencia una nueva primera vez.

    6. Detalles, detalles y más detalles hacia el ser que amamos.

    7. El constante buen humor es un aliciente de una vida en armonía.

    8. ¿Quiere que lo amen? Empiece por amarse. No se puede dar amor si no se tiene amor propio.

    9. No cele, los celos avizoran la tragedia del amor: matan lo construido con el otro y destruyen la tranquilidad personal. El amor no es posesión, es promoción de la libertad para crecer. No podemos convertir al otro en un objeto propio; los juguetes de la infancia ya quedaron atrás. Si  no puede con los celos, entienda que los celos son una muestra de miedos no superados y con urgencia busque una ayuda profesional.

    10. Mantenga la atención hacia su pareja. El amor es la flor de la vida que sólo crece con cuidados diarios.

  • Confiar en ti mismo

    Confiar en ti mismo

    La mayoría de las personas desean que su razón u opinión sea aceptada y reconocida por los demás gracias a una emoción fundamental denominada ego, que les hace sentirse muy importantes o superiores ante los demás.

    Pero la razón u opinión ajena es con frecuencia muy distinta a la nuestra, lo que nos impele al reto de tener ánimo crítico frente a los puntos de vista ajenos, en especial cuando versen sobre política, religión o ideologías. Incluso frente a las opiniones sobre las pequeñas cosas de la vida se nos incita a adoptar la opinión ajena. “ese traje no te queda bien, no uses esa herramienta, te ves ridículo haciendo eso”.

    La mejor pregunta que puedes hacerte antes de aceptar un punto de vista ajeno es esta: ¿lo que se me propone está en consonancia con mis auténticos deseos y el bienestar de los demás?

    Pero si no sabes lo que tu  corazón desea, será muy fácil vivir para la opinión de los demás y no bajo la luz de la tuya. Saber lo que se quiere en la vida define nuestra identidad y también nuestra libertad.

    Cuando no somos críticos frente a la opinión ajena, nuestra ruta de navegación en la vida se moverá al vaivén de las circunstancias. Vinimos al mundo a dejar una huella de amor auténtico, no a pisar las huellas de otros.

    Confía en tu propio juicio, confía en ti mismo…

  • Los pensamientos tóxicos y su corrección

    Los pensamientos tóxicos y su corrección

    Si observamos a nuestros pensamientos de manera pausada y reiterada podremos encontrar en nuestra actividad mental los rastros de algunos de los siguientes patrones de pensamiento tóxico:

    Pensamiento pesimista: El pesimista observa la realidad desde estas profecías: puede o va a salir mal, está saliendo mal, tenía que salir mal. El miedo está al otro lado de la puerta del pesimista, por eso la fe, la valentía y la creencia en nuestras capacidades son los antídotos del pesimismo.

    Pensamiento autocrítico. La persona se considera causante de todo lo malo del mundo, culpabilizándose por el pasado o preocupándose excesivamente por el futuro. La corrección está en asumir que como seres humanos que vinimos a la tierra a aprender y a mejorar porque sencillamente somos imperfectos en constante construcción.

    Pensamiento trascendental: mira al mundo como una moneda en que se gana o se pierde, el todo o nada, y por tanto no se aceptan matices.  Pone a una situación como determinante única de la propia felicidad. La corrección está en interiorizar la idea de que nada en la vida es tan importante, y solo somos una gota en el océano de la humanidad.

    Pensamiento incapacitante: se descalifica para la acción. Su emblema son las afirmaciones de no puedo o no soy capaz, si lo hago fracaso, soy feo, inútil, o nunca he podido. También se alimenta del miedo. Este pensamiento se enmascara cuando la persona se muestra ante los demás como muy competente en lo que precisamente siente como una carencia o ratificando proféticamente las frustraciones por su propia inacción. La apariencia es escasez, dice un adagio, por eso debemos llenar la carencia con la orientación de los deseos a nuestras verdaderas vocaciones.

    Pensamiento trágico: es una variante del pensamiento pesimista y trascendental. La persona se afecta por el dolor del mundo, sintiéndose mal inútilmente en un presunto gesto de solidaridad con los demás, o anticipando nuevas tragedias. El trágico debería entender que la vida es una oportunidad para actuar coadyuvando en cesar los dolores del mundo y haciendo crecer la felicidad general.

    Pensamiento obsesivo: se centra en un problema y descarta alternativas para ver las cosas de otra manera. Se corrige con la sana distracción, la meditación y el abstraerse metódicamente del asunto.   

    Pensamiento ideologizado. Es más peligroso de todos los pensamientos tóxicos. Se alimenta de valores, creencias y verdades personales de tipo religioso, político o de cualquier otro, que impiden ver la realidad y agitan la intolerancia. Se corrige con el examen histórico de una situación concreta que permita evidenciar como ciertas prácticas sociales en determinados lugares y épocas dan origen a valores concretos para esos entornos y que se convierten en ideologías.

  • Los pequeños triunfos

    Los pequeños triunfos

    Los pequeños triunfos en la vida tienen una importante función en nuestro cometido de ser felices.

    Son verdaderos alicientes para las grandes y principales metas que debemos tener establecidas en nuestro proyecto de vida personal.

    Los pequeños triunfos se logran con un plan, ojalá escrito, que se sigue con  la virtud de la perseverancia, y que es el Motivador de nuestro corazón ante los desfallecimientos que suelen ocurrir en nuestra lucha.

    La conquista de los pequeños triunfos requiere ayuda de personas que se constituyen en nuestros apoyos. Ninguna gran conquista pudo hacerse sin el apoyo de quienes nos quieren y desean ayudarnos.

    La felicidad tiene que ver con conquistar los sueños, y el permitir que nos apoyen y ayuden también hace felices a los demás.